Coronavirus & trabajo remoto

El trabajo distribuido llego para quedarse
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By GABRIELA ORMEÑO GUZMÁN

Coronavirus & trabajo remoto

Hace un poco más de 10 años atrás vivía la siguiente situación:

-“¿Entonces les comunicamos a las mujeres embarazadas que trabajen desde su casa por prevención?”

Como si solo ese grupo fuera el único afectado por la Gripe A (H1N1) que tuvo su brote importante en argentina en el 2009. Y es que, si bien en recursos humanos nos guiábamos por la información que teníamos y no contábamos con protocolos, tampoco estábamos “preparados” para que nuestros colaboradores estuvieran trabajando desde casa. Pensar en las futuras madres fue una de las medidas que tomamos, además de campañas de comunicación y de medidas básicas como colocar alcohol en gel en espacios comunes.

Pero cuando me refiero a “preparados” hablo sobre todo a nivel cultural sobre prácticas de trabajo a distancia y por el hecho de que, hace 10 años atrás no todos estábamos tan conectados como hoy en día, lo cual era una limitante en muchos casos.

¿Pero qué pasó en estos 10 años con la transformación digital?

Muchas cosas pasaron. El mundo cambió vertiginosamente, estamos transitando la era digital, desarrollando la inteligencia artificial, amenazados por la automatización, con un recambio generacional inminente y un cambio de paradigma respecto del balance vida-trabajo.

Pero, aún todavía, el trabajo virtual no es un MUST en las compañías.

Entonces llega una nueva enfermedad y hasta el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial optan por cambiar las reuniones frente a frente por reuniones virtuales debido al brote de esta nueva cepa de coronavirus (COVID-19).

Ni que hablar de China en donde están obligados a hacer home office millones de personas, producto del brote de esta nueva cepa.

Ayer, 3 de marzo de 2020, se conoció formalmente el primer caso de coronavirus en Argentina y también en Chile.

¿Que podrá suceder de ahora en más con el avance del coronavirus?

Esta nueva cepa, hasta el momento tiene una baja mortalidad en relación a la cantidad de infectados y cantidad de fallecidos, habrá que ir monitoreando la evolución.

Aun así, es un disparador para estar alertas y para no dejar librado al azar el accionar en las compañías: ¿Y si luego se toman medidas más drásticas? -cómo adelantar las vacaciones de invierno -tal como ocurrió con la Gripe A (H1N1) en 2009- ¿y si se recomienda a la población no salir de sus casas? ¿Entonces las empresas estarán preparadas para liderar personas a distancia?

  • El trabajo virtual, home office, llegó para quedarse

Algunas razones son:

Es una modalidad que atrae talento, cuida el medio ambiente, ahorra costes, permite en muchas industrias incrementar la productividad. Es una posibilidad para las empresas de seguir siendo competitivas ante contextos adversos como el que estamos viviendo.

El mejor momento es ahora, entonces las compañías que todavía no hayan implementado home office, que lo tengan de manera informal o que no posean las habilidades para un liderazgo que impulse a la empresa en esta modalidad, pueden sin dudas adelantarse a su competencia si deciden renovarse e ir por una transformación en las formas de trabajar.

  • Es mucho mejor estar preparados que improvisar en el mundo actual.

Para que esto se logre se deben “alinear los planetas en la alta dirección” sin esta unicidad de decisión poco se podrá hacer. Pero muchas veces las compañías tienen que cambiar por la fuerza. No es lo más sano, porque cuando esto sucede los planetas están desalineados y así también los mensajes dentro de la organización.

Empíricamente, he comprobado los aspectos positivos de implementar el home office para la gestión del talento. Además de haber muchísimos estudios al respecto, en mi tesis de maestría tuve la oportunidad de entrevistar a directores de PyMES del sector de tecnología y de conversar sobre sus retos para la gestión del talento. En todos fue lapidaria su visión sobre esta modalidad: “el trabajo virtual los aplastó”, no fue algo buscado, fue impuesto por su talento. Tuvieron que ceder, aunque no tuvieran la experiencia para gestionarlo.

Estas empresas en base a la prueba y el error fueron encontrando el camino y aprendiendo sobre la marcha sobre los aciertos y errores como es esto de trabajar a distancia, y se sorprendieron con equipos que trabajaban mucho mejor bajo esta modalidad que cuando estaban de lunes a viernes en la oficina.

  • Es mucho más sano para la organización implementar el home office sin esperar a que “el contexto nos obligue”.

 

Mirar al interior de la realidad organizacional es clave

 

Sabemos que 8 horas en una organización de lunes a viernes no implica una mayor productividad. Implica que el colaborador esta físicamente en la oficina, y esto nos hace sentir más seguros porque sentimos que tenemos el control.

Poco a poco el avance de la tecnología, los cambios sociodemográficos, el contexto global, las enfermedades, están “empujándonos” a utilizar otro tipo de modalidades.

Entonces, ¿por qué no hacerlo inteligentemente, entendiendo los que no entendemos y formándonos para evolucionar?

Algunas de las razones que escucho frecuentemente son de este estilo: si hasta ahora a la organización le fue “más o menos bien”, no es necesario cambiar. Este tipo de pensamiento es temerario en la era del conocimiento. También, el pensar que sólo las multinacionales tienen este tipo de prácticas lo es.

Otro motivo es una especie de parálisis que detiene a la organización al enfrentar una situación que desconoce, ya sea por falta de información adecuada, por no contar con líderes que puedan hacerlo y/o por no saber por dónde empezar.

Sabiendo que habrá millones de empleos que se perderán y que habrá nuevas formas de trabajo que emergerán -las cuales ni siquiera conocemos- seguir pensando que toda ira “más o menos igual” en el futuro es casi un pensamiento mágico.

Me dedico a ayudar a compañías que cuidan a su gente, que valoran a su capital humano y que también tienen como meta la obtención de competitividad y de rentabilidad. Por eso, este es un paso que hay que dar para cuidar a la gente, el trabajo y los negocios.

Aún, hay muchas compañías que están reticentes a la implementación prácticas flexibles de trabajo. Las entiendo, porque estuve ahí, porque vi la incertidumbre de lo nuevo y de no saber si iban a obtener buenos resultados.

  • Los resultados se vinculan en gran medida a un trabajo planificado, constante, coherente y a largo plazo. Y sí, depende mucho el éxito de esta modalidad de quienes diariamente la lleven a cabo en la compañía.

 

Evolucionar es posible

No obstante, también observé que se puede evolucionar. Implementé proyectos de trabajo remoto y cada compañía a su manera pudo entender y aceptar esta necesidad e ir sorteando los obstáculos. Hoy están mucho mejor que antes e infinitamente mejor preparadas que otras empresas que no están haciendo nada porque piensan que “a ellos no les va a pasar nada” o que “eso es para grandes empresas”.

Vamos camino a los 8 mil millones de personas en el mundo, con más de la mitad de la población conectada hay una ventana de oportunidad enorme para gestionar personas a distancia.

Un reto adicional es que las relaciones laborales cambiaránqueramos o no, utilizo mucho esta frase porque todo el tiempo estamos cambiando nos guste o no nos guste. Cada hora, cada día que pasa envejecemos, nada es estático en este mundo.

Es probable que las empresas tengan que contratar colaboradores independientespor proyectos, si quieren contar con el talento adecuado en no mucho tiempo. Aquí el escenario será más complejo, ya que habrá que liderar personas que no tendrán una relación de dependencia tal y como hoy la conocemos. Por lo cual, hay muchas razones para no perder esta gran oportunidad de evolucionar queramos a no.

El miedo a fallar, a perder dinero, a lo que no se sabe manejar, impide cambiar a una organización, lo cual es totalmente entendible. Por eso, contar con la ayuda de especialistas para el desarrollo de estas prácticas es una manera de afrontar estos cambios.

  • Así como las sociedades y la tecnología cambian, también las personas que conforman una organización deberían ir ajustando sus prácticas.

 

¿Y qué pasa si implemento trabajo remoto y el nuevo brote de coronavirus no pasa a mayores?

Entonces tendrá dos buenas noticias:

  1. No habrá tenido casos de esta enfermedad en su compañía.
  2. Estará preparado, liderando personas a distancia de manera ágil y productiva en la era digital

Actuar es clave para tener empresas fuertes y sostenibles.

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