La semana laboral de cuatro días dejó de ser una discusión para una realidad que ya se vive en diversas organizaciones en el mundo. Las empresas de todo el mundo están cada vez más interesadas en los beneficios de dar a los colaboradores un día libre adicional.
En esta era de post pandemia, el uso intensivo de la tecnología junto con la combinación del avance incesante del trabajo remoto e híbrido han delimitado un marco global más complejo y desafiante para la gestión de personas. En este artículo profundizaremos sobre el impacto en la implementación de este modelo de la semana laboral de cuatro días.
Es clave recordar que la semana laboral de cuatro días no es una idea nueva. En países, como Alemania, se ha experimentado con esta modalidad de trabajo durante varios años y ha dado resultados positivos tanto para los colaboradores como para las empresas.
Otro ejemplo es Microsoft Japan Co que en agosto de 2019 lanzó un piloto de la semana laboral de cuatro días para todo su personal.
La intención fue trabajar menos horas y que estas horas fueran utilizadas de forma más eficiente.
Este concepto es clave, ya que se transforma el paradigma de trabajar más horas por el de trabajar menos y mejor donde el foco está en mantener la productividad al mismo tiempo que el bienestar de las personas.
Esta es una manera estratégica de avanzar con los cambios sociales. las preferencias de los colaboradores y de continuar siendo competitivos en el mercado de trabajo global y remoto.
Además, según un estudio de la Universidad de Cambridge, donde se analizó a 61 empresas del Reino Unido que redujeron en un 20 % las horas de trabajo sin afectar los salarios, se comprobó que la semana laboral de cuatro días permitió lograr una mayor la productividad y la satisfacción de los empleados.
Algunos de los datos obtenidos indican que las bajas por enfermedad en estas empresas se redujeron en un 65 % y la rotación de trabajadores en un 57 %.
Asimismo, un dato clave es que durante el experimento se registró un incremento medio del 1,4 % en los ingresos respecto al mismo periodo del año anterior.
Esto es prometedor para el negocio ya que puede incrementarse la rentabilidad si la modalidad de 4 días es correctamente implementada.
Otro estudio de la Universidad de Stanford demostró que el trabajo remoto puede aumentar la productividad en un 13%. En este contexto combinar el trabajo a distancia con la semana laboral de cuatro días se convierte en una solución atractiva para muchas empresas que buscan mejorar la calidad de vida de sus empleados y, al mismo tiempo, mejorar la productividad y atracción del talento.
Al reducir el número de días trabajados, se les brinda más tiempo libre a los colaboradores para dedicarse a otras actividades, lo que puede aumentar su satisfacción y motivación en el trabajo.
Importante para el éxito del modelo
Es importante considerar que la implementación de una semana laboral de cuatro días es una medida que debe ir acompañada de una profesionalización interna en las formas de trabajar, una evolución en el estilo de liderazgo y un adecuado entrenamiento para que las personas operen de forma ágil y productiva, entre otros cambios que deben ocurrir dentro de la organización.
- Además, se debe orientar a tener una cultura flexible en este modelo. Por ejemplo, algunos trabajos no pueden realizarse en modalidad remota y requerirían de la presencialidad en la oficina o sitio de trabajo. Además, en algunos sectores, la implementación de una semana laboral de cuatro días podría generar un aumento en los costos de producción y afectar la rentabilidad de las empresas y en estos casos habrá que pensar en modelos diversos para diferentes entornos laborales.
- Otro factor importante a considerar es el impacto que tendría la semana laboral de cuatro días en el trabajo híbrido, es decir, aquel que combina el trabajo remoto y presencial. En este sentido, la implementación de una semana laboral de cuatro días permitiría una distribución más eficiente del trabajo entre los días de la semana, lo que facilitaría la planificación de los días en los que las personas trabajan desde casa y los días en los que concurren a la oficina.
Además, la semana laboral de cuatro días es una solución preferida para aquellos empleados que prefieren trabajar desde casa, ya que les permite tener más días libres para dedicarse a otras actividades.
Sin embargo, es importante considerar que un trabajó híbrido exitoso en este modelo de 4 días sólo será efectivo si se desarrollan y trabajan lineamientos claros sobre cómo se llevará a cabo a nivel organizacional y cómo se distribuirá el trabajo entre los días de trabajo en casa y en la oficina.
Es un reto que ya está en marcha en muchas organizaciones y que requiere repensar en trabajar las brechas formativas de líderes y colaboradores, así como las referidas a la estructura, procesos y gestión del cambio al interior de las organizaciones.